ESTOCOLMO



El dia 11 de diciembre tomamos el avión a Franfurk que sale de Bilbao a las 7 de la mañana. Tarda dos horas en llegar a la ciudad alemana y a las 12,15 salimos para Estocolmo. Otras dos horas más de viaje y aterrizamos en la Venecia del norte.
El cielo está despejado y desde el avión podemos ver las islas y los bosques con sus granjas. No hay nieve pero la superficie helada de las aguas poco profundas nos dicen que la temperatura es bastante baja.
Desde el aire

Lo primero que hacemos en el aeropuerto es comprar un billete especial (Stockholm Card) con el que podremos viajar en todos los transportes y visitar todos los museos que podamos durante dos  días. Cuesta 625 coronas (sek).
A las cuatro estamos en el hotel y después de tomar un bocadillo salimos a dar un paseo de reconocimiento por los alrededores. Ya es de noche cuando salimos a la calle ya que para las tres de la tarde ya se había puesto el sol. La temperatura no era tan fría como esperaba ( 4 grados C.).
El paseo nos llevo en pocos minutos hasta Gamla Stan el barrio más antiguo de la ciudad. La ciudad está poco iluminada en comparación con nuestras ciudades de España pero la gran cantidad de tiendas turísticas servían muy bien de iluminación.
A las siete ya estábamos de vuelta en la habitación del hotel. Una doble con sofá cama y ducha sin grandes pretensiones pero ideal para nosotros que lo que nos interesa es conocer la ciudad y no pasarnos todo el día durmiendo. Mientras Mariví localizaba sobre el plano los sitios a visitar y ieltxu los localizaba con google yo me dedicaba a ver una peli en la tele.
No vamos a hacer todos lo mismo ¿no?

Lunes – 12 de diciembre

El objetivo de hoy es visitar Sigtuna, la ciudad más antigua de Suecia fundada por el rey Erik en el año 980.
Sigtuna
Primero tomamos el tren hasta Märsta donde llegamos a las 10,30 y tomamos un cafetín hasta las 11,02 en que tomamos el autobús hasta Sigtuna. Me llama la atención el aseo de la cafetería que funciona con dinero, una corona (50 centimos de euro) que nos facilita la amable dependienta.
Recorremos la pequeña ciudad de Sigtuna (10.000 habitantes) entre sus pequeñas casas de madera adornadas con velas y estrellas de navidad en sus ventanas. En una pequeña colina vemos un campanario de 1608 que alberga una campana traída de Rusia. También hay grandes rocas  con inscripciones en runas usadas como dedicatoria o para recordar a un familiar difunto.
Las horas pasan y al cabo de un rato tomamos el autobús de regreso a Märsta donde a las 12,45 cogemos el tren de vuelta. El tren avanza rápido entre prados y bosques de abedules y coníferas y pueblos de casas bajas. A las 13,25 llegamos a Estocolmo.
Ayuntamiento

Para las tres de la tarde ya habíamos visitado el ayuntamiento de la ciudad inaugurado en 1923 después de 12 años de obras. Construido con ladrillo rojo, en él se celebra el banquete de los premios Nobel. El guía nos fue explicando sala por sala sus características y los esfuerzos de los camareros por servir caliente la comida a los invitados desde el piso de arriba donde están las cocinas hasta la planta baja, la sala azul donde se colocan las mesas.
Catedral de San Nicolás

Entramos en la catedral de San Nicolás, en Gamla Stan, construida también con ladrillo en estilo gótico hacia 1279.  En el interior hay una gran estatua de San Jorge y el dragón.

Paseando pasamos de una isla a otra y en la de Södermalm entramos en Tullys, en el cruce de Gottgatan y Högbersgatan, una bonita cafetería con una excelente bollería a buen precio. Comentar de paso que los precios se parecen a los españoles, o sea bastante caritos, pero no más que los nuestros.
Estamos a nivel europeo en precios, aunque no en sueldos, por lo que para el español medio todo es caro pero porque su sueldo es inferior a la media europea.
Tambien visitamos un par de tiendas de discos viejos y alguna tiendita de objetos vikingos para turistas en donde encuentro una lámina de Runas.  Es curioso lo rápido que anochece aquí. No llueve y el tiempo es más que bueno para nosotros. Cuatro grados de temperatura aunque el viento que viene del mar constantemente hace que parezca más  frío en realidad. No importa; bien abrigados disfrutamos de un buen paseo por la ciudad.
Ieltxu y Mariví entran en un supermercado IKA en el número 58 de la calle Folkun mientras yo espero fuera observando a los suecos, gente en su mayoría más altos que  nosotros y de pelo más bien rubio.
Tomamos un bocata y luego una infusión en el Hall de nuestro hotel y para las 9,30 ya estamos en el catre.

Martes 13  de diciembre

El despertador suena a las 6,45 y después de una buena ducha y un desayuno excelente.
En la mañana del 13 de diciembre, los niñas se visten de "Santa Lucia" (llevando un vestido blanco largo y una corona de siete velas en la cabeza) y los niños de "stjärngossar" ("chicos con estrellas", debido al sombrero puntiagudo decorado con estrellas que usan). Las familias hornean pastelitos (llamados "lussekatter", "gatos de Lucía" y decorados a veces con forma de ojos) y se los comen, después de cantar canciones tradicionales. Se presentan los pastelitos también a los maestros de escuela, jueces y políticos de la región para desearles suerte y que sean justos en sus labores. Una chica en particular es elegida como "Reina de Lucía de Suecia" (Sveriges Lucia) y se la corona el 13 de diciembre en Skansen.
Tomamos a eso de las 8,15 el tranvía número 7 en Hotorgeat en dirección a la isla Djurgarden (la isla del ocio). La isla es un gran parque en el que están varios museos, un parque zoológico y un parque de atracciones.

Museo Skansen
Skansen es el primer museo que visitamos. En realidad es un museo al aire libre con construcciones de todas las épocas suecas, el campanario más alto de Suecia de 40,5 metros, una granja del siglo XVI , cabañas para soldados del año 1600,  el Vastveit storehouse, etc. y un parque zoológico con serpentario y bastantes animales autóctonos como caballos, lobos, alces, linces etc, etc.

En 1891 Noruega y Sucia eran el mismo país. Se separaron en 1905.
De todos los museos, el que más me gustó fue el museo Vasa. El Vasa es el único barco del siglo XVII que ha sobrevivido hasta nuestros días. El rey quería más cañones de lo habitual a bordo, lo que significaba que las dimensiones del barco ya no eran las adecuadas y los constructores no sabían qué hacer. Así que se construyó con una superestructura muy alta, con dos cubiertas para cañones. El fondo del buque se llenó con piedras a modo de lastre para mantener la estabilidad en el agua. Sin embargo, el Vasa era demasiado pesado en la parte superior, y sus 120 toneladas de lastre no fueron suficientes y se fue a pique.
El Vasa
Como fue  un capricho del Rey, en realidad era él, el principal culpable; pero, claro, el rey es el rey y a ver quien le mete una denuncia al rey por negligencia profesional y homicidio involuntario de al menos 30 miembros de la tripulación.
La visita del Vasa duro hasta la una de la tarde y poco después pillamos el tranvía  69 en Djurgärdsbron hasta la torre Kaknäs de la TV de 155m. de altura donde tomamos un café y disfrutamos de la magnífica vista de todo Estocolmo.
Regresamos al centro y aprovechamos para visitar el palacio real.

Después de comprar unos discos en una vieja tienda en la estación de metro Sankdriskplan  y ver alguna otra cosilla regresamos al barrio en Tegnërgatan. Y a las 21,15 en la cama estés.

Miercoles 14 de diciembre

Hoy madrugamos un poco menos. Así que hasta las 8,30 no bajamos a desayunar.
Skogskyrkogarden
Sacamos un billete de 8 viajes por  200 Sek y nos encaminamos a Skogskyrkogarden donde llegamos a eso de las 9,30. Es un cementerio declarado patrimonio de la humanidad ubicado entre bosques de coníferas y prados perfectamente cuidados.

De vuelta a T-centralem tomamos el tren que sale a las 11,11 para Upsala. Billete de ida y vuelta, 480 Sek. Así, desde el tren, podemos contemplar el paisaje de esta parte de Suecia, al noroeste de Estocolmo.
A las 11,40 llegamos a Upsala. En la ciudad está la universidad más antigua de Escandinavia y la catedral más grande del norte de Europa.
Despues de dar unos paseos compramos un billete (se compran en una tienda de periodicos cercana a la estación de metro por 2 Sek) para el autobús número 2 que nos lleva a la parte antigua, Gamla Uppsala.
Gamla Uppsala está a las afueras de la ciudad y es un lugar con unos parajes preciosos donde unos túmulos funerarios del siglo VI, te recuerdan los reyes vikingos paganos de aquella época. Los túmulos están situados al lado de la catedral del año 1100.
Túmulos funerarios en Gamla Uppasala

Regresamos a Upsala después de tomar un café a resguardo de un viento helador que azotaba los túmulos. Viento del que pasaban olímpicamente una fila de niños de unos diez años máximo,  guiados por sus maestros por aquellos lugares arqueológicos.
Regresamos a Estocolmo a eso de las tres.

 Jueves, 15 de diciembre

A las 10,50 tomamos el barco M/S Mysling para tener una visión desde el mar de todas las islas.
El recorrido empieza en Nybroplan y hace escalas en Finnboda, Nacka y Lidingo.
Si coges el barco que utiliza el pueblo local es más económico ya que solo cuesta 80 Sek ida y vuelta. Aunque no incluye comidas y cenas, tienes cafetería y bollería a bordo.
El billete se compra en el mismo barco que zarpa con una puntualidad matemática por lo que no se puede uno retrasar ni un minuto.
El tiempo es excelente y desde el barco podemos ver el paisaje de las islas que forman el archipiélago de Estocolmo. Para las 12,20 estamos de vuelta en Nybroplan
Tenemos tiempo de sobra para hacer un nuevo recorrido por la ciudad hasta la hora de la cena, esta vez, cena formal en un pequeño y bonito sitio, el CC. Aquí podemos saborear la carne de alce precedida de sopa de ciervo que aunque pueda parecer lo contrario no es típica de Estocolmo sino del norte de Suecia.

  Viernes, 16 de diciembre

Ultimo desayuno en el hotel KOM y último paseo por la ciudad.
El avión sale a las dos y tenemos tiempo de echar un último vistazo por las calles que rodean el hotel. En una pequeña escuela sin cercas ni alambradas, los niños juegan en un parque colindante a las tumbas del camposanto de la iglesia contigua de San Juan, ajenos al frío de 3 grados y al sirimiri que ya casi no se ve en mi país.
El aeropuerto de Estocolmo es grande, moderno y cómodo, apenas hay policía y no se ven guardias armados en los controles. El suelo es de tarima y los asientos mucho más cómodos que el de Bilbao.
Por supuesto, está directamente unido con el centro de Estocolmo por un tren que circula a más de 200 km/h.
Esto es el primer mundo,  amigos.

Hasta la próxima
 
Cerca del museo Skansen


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