KENYA




VIAJE A KENYA


El grupo habitual esta vez se ha visto enriquecido con Itziar nuestra agente privada que se ha convertido en una buena amiga. Ella ha organizado el viaje y se ha animado a venir con nosotros o quizás ¿nosotros con ella? Su presencia nos da seguridad y tranquilidad. Quizás sea por ella que Pedro se ha decidido por venir aunque sea bajo presión. Así mismo contamos con un guía y chofer de excepción: NikoGikungo de la etnia Kikuyu experto en ornitología y todo tipo de bichos. Eventual guía de la NationalGeographic y que a lo largo del viaje se perfilará como el mejor conocedor de los caminos de Kenia dejándonos a todos con la boca abierta en más de una ocasión. Eso sí, sobre todo una excelente persona.


Nos comunican que el vuelo se retrasa unos cuarenta minutos debido a una limitación de salida de vuelos en el aeropuerto.

El vuelo trascurre sin novedad entre partidas de mus (victoria de Pedro y Luismi sobre Ieltxu y Alejandro), copazos de wisky que las azafatas sirven a Ieltxu incapaz de negarse a nada y lectura hasta Bujumbura capital de Burundi. Aterrizamos en la capital de Burundi a las 19: 23. La temperatura exterior es de 23 grados y parece ser que nos tenemos que quedar en el avión hasta nuestro despegue final hacia Nayrobi.
A las 8,30 de la tarde el avion despega hacia Nairobi. Como curiosidad, fumigan todo el avión al salir de Burundi. Medidas antimalaria suponemos. Un rato despues son las nueve, las diez en Nairobi. Volamos a una velocidad de 857 Km por hora  y a 11887 m. de altura.
ués de pasar los tediosos controles de inmigración en los que siempre parece que solo contratan becarios nos encontramos con Niko que nos espera con el abrigo puesto pese a la agradable temperatura.
Llegamos al hotel SarovaPanafric a las 11,15 y para las 11,30 de la noche ya estamos en la habitación 329
Vamos a tener que dar un correctivo a Itzi que no nos deja hacer nada de nada!!! Que se cree que tenemos muñones en vez de manos o qué?
Un nescafé al llegar y a la cama.

Ieltxu y Alejandro se dedican a pelear con los enchufes de su habitación sin averiguar cómo es posible introducir los normales europeos en los de 3 bornes ingleses. Han ganado una batalla pero no ganarán la guerra!!!   


Nairobi

Nairobi es la capital y mayor ciudad de Kenia. El nombre Nairobi proviene de la frase masáiEnkareNyorobi, que significa "el lugar de aguas frescas". No obstante, es conocida popularmente como la "Ciudad Verde en el Sol".
Fundada en 1899, la ciudad recibió el estatus de capital en 1905, reemplazando a la ciudad de Mombasa. Nairobi además es la capital de la Provincia de Nairobi y del Distrito de Nairobi. La ciudad se encuentra a orillas del río Nairobi, en el sur de la nación, y tiene una elevación de 1661 metros (5450 ft) sobre el nivel del mar.
Nairobi es la ciudad más poblada de África Oriental, con una población urbana estimada de entre 3 y 4 millones. De acuerdo con el Censo de 2010, en el área administrativa de Nairobi, vivían 3.138.369 habitantes dentro de 684 km². Actualmente es la cuarta ciudad más grande de África.


Segundo día.18 de agosto de 2011-jueves

A las 7, 30 suena el despertador telefónico y después de desayunar convenientemente a las 8,45 partimos hacia Samburu.
Ieltxu y Alejandro llevan ya un buen rato zampando para cuando el resto llega al restaurante. Hay que empezar el viaje con buen pie!

El LandCruiser nos saca de la ciudad por carreteras en construcción Una cosa es clara, mano de obra no falta en este país. En las orillas se suceden fruterías y mercadillos, campos de maíz, plátanos y pequeños bosques de acacias y eucaliptos.
En unas fruterías al borde de la carretera compramos, plátanos, fruta de la pasión y probamos un tomate arborícola mientras Maxi disfruta repartiendo algún boli entre los niños.

Niko, nuestro guía, baja del coche y vuelve con granos de café sin tostar y hojas de té.
Son las 11,45. Bajamos a visitar un gran mercadillo. Nos recuerda al que vimos en Tailandia alrededor de las vías del tren. Aprovecho para comprar unos cuentos en los idiomas locales. Es el mercado de Karatina.

Pasamos por NaroMoru sobre las 12,40, Luego Nanyuki y luego Timau a las 13,20.
El tipo de vivienda son chabolas hechas de tablas o a lo más con bloques de adobe o prefabricados con un corral alrededor. Pastores con sus rebaños de cabras nos descubren la forma de subsistencia de esta región.
Al fondo, a la derecha, se dibuja el monte Kenya rodeado de nubes. La temperatura es de unos 18ºC.
Poco a poco según vamos avanzando el paisaje cambia. Vemos campos de trigo y un paisaje típicamente castellano. Fincas enormes que resultan pertenecer a los británicos tienen alambradas electrificadas que impiden el paso a los rebaños de los pastores locales. El colonialismo ingles todavía se nota.
A las 14,15 nos detenemos en la tienda de artesanía del padre de Niko donde nos atienden muy amablemente y nos muestran como tallan la madera. Sí sí!! Tallan la madera a pesar que algún compañero de viaje que otro se cree que lo traen de alguna fábrica.
Después de Isiolo, una ciudad igual de pobre que las demás en la que se nota la influencia del islam, el terreno se vuelve cada vez más árido, volcánico con numerosas acacias hasta volverse completamente semidesértico.

La gente vende carbón vegetal que deja en sacos a la orilla de la carretera. Vemos una familia de elefantes y algún camello además de burros y cabras.

Un poco más adelante a un camión se le ha reventado una rueda y señaliza la avería con unos cuantos pedruscos que Niko tiene que esquivar para que no tengamos un accidente. Parece que aquí no conocen los triangulos, los chalecos reflectantes ni ninguna de esas gaitas… ni falta que les hace!

Pasamos por delante de una base militar británica. Niko nos cuenta que en sus maniobras los militares utilizan granadas que quedan sin estallar y que luego resultan un gran peligro para los pastores, niños que quedan invalidos al explotarles a ellos.

Pasando la base militar, nuestro coche toma una desviación y sale a una pista de tierra volcánica y circula 8 KM. hasta llegar al hotel SarobaLodge. Empezamos a degustar las buenas carreteras de Kenia! Baches, baches y mas baches hasta llegar a la puerta del hotel perfectamente asfaltada y vigilada por un guarda y vergas eletrificadas que nos protegen de los animales.

Una buena comida y de nuevo al coche. No hay tregua!! Que no hemos venido hasta aquí para perder el tiempo.

La primera visita al parque natural de Samburu no nos decepciona y nos permite ver gacelas, Jirafas, elefantes, Facoqueros, Orix, Tic tic y una cebra reticulada.
Regresamos al hotel a las siete ya anochecido.
Tercer día. 19 de agosto de 2011-viernes

Salida 7 y cuarto de la mañana.
Nos ponemos morados en el restaurante rodeados de los traviesos monos que se llevan la comida de las mesas. Muy simpáticos ellos con sus huevos azules jeje


Samburu

La Reserva National de Samburu es una pequeña área natural protegida en Kenia. Se sitúa en la parte central de Kenia, al norte del río EwasoNg'iro, e incluye los montes Koitogor y Ololokwe. Cubre una área de 168 km². Forma un sistema junto con tres parques adyacentes: el Buffalo Springs National Reserve, Laikipia, y la ShabaNational Reserve (donde se encuentra nuestro hotel).
La reserva se encuentra al norte del ecuador, en el interior del distrito de Samburu. El nombre "Samburu" proviene de la población local. En el distrito samburu no existe un solo grupo étnico. Desde comienzos de la década de los 80, se ha observado un incremento de gentes provenientes de diversas zonas del país. Es destacable la presencia de kikuyus, turkanas, rendiles, somalíes y boranas. Unos vinieron para establecer comercios (kikuyus y somalíes) y otros buscando tierras de pasto (turkanas, rendiles y boranas). Sin embargo, es un hecho que la población samburu es con diferencia la más abundante (unos 200.000)

Pasamos la mañana recorriendo el parque y viendo la sorpendente multitud de animales que vive en un lugar semi desertico. Orix, Jirafas que posan para nosoros, babuinos, y los platos fuertes de la mañana: Un leopardo subido a un arbol y una familia de 4 leonas reposando a la sombra. Empezamos con las fotos y videos dignos de National Geograpic. Eso si, siempre con los comentarios de Maxima e Itzi de fondo que no cayan ni debajo del agua.


Regresamos al hotel a las 13.- Baño en la piscina.

Despues de comer nos volvemos a internar en Samburu.
A la ida nos encontramos con una mujer Samburu que nos dejó hacerla fotos. Increíble lo elegantemente vestida que viene de recoger leña. Regalamos a dos niños unos bolis y unos cuadernos. Los niños se llaman Tununo y Ltipris.
En el regreso volvemos a encontrarnos con la mujer que nos estaba esperando. Se nos hizo de noche esperando a que Maxi y Marivi terminasen de comprar unos collares de abalorios. Los niños rodeaban el coche y se organizó un lio de voces infantiles y de madres que trataban de controlarlos. Menuda cuadrilla de alcahuetas las señoras de la tribu!! No dejaban a la pobre mujer vender los collares al precio que ella quería.
Al salir del parque como era de noche nos acompañó un guarda con fusil por si las moscas.
En la cena Niko, Kikuyu favorito nos contó algunas ceremonias tradicionales como la boda o la circuncisión para la cual hay que esperar a los 15 años, llevan a los jóvenes a un rio y zas! Machetazo al canto. Niko que es muy valiente quería que se lo hicieran antes. Muy valiente… o muy listo, porque a partir de esa ceremonia son adultos y no tienen por qué ayudar en casa, ni hacer nada. Así ya se puede! Eso sí, la mayoría deben salir corriendo cuando ven lo que grita el primero jeje

A las diez en la cama estés después de una nefasta partida de billar en la que una bola saltó de la mesa y se fue al riachuelo de al lado… No comments.

Cuarto día. 20 de agosto de 2011- sábado

Nuestro último desayuno en el Hotel Saroba. Monos que nos tiran frutas desde los árboles y siguen robando comida de las mesas. Todo un punto desayunar en este hotel.
A las 8,15 salimos para Monte Kenya.
Durante todo el trayecto no puedo dejar de mirar a un lado y a otro de la carretera. Puede parecer que todo es igual; chabolas a uno y otro lado, gente pobre que trata de sobrevivir cuidando unas cabras y cultivando un poco de maíz y algunas hortalizas.
Pero a mí todo me parece diferente. Hasta observando la míseras casas se puede observar que no es lo mismo una choza de una Manyata hecha de pajas, que las chabolas de las barriadas que vemos a lo largo del trayecto entre Isiolo y Nanyuki hechas de palos mal montados con techumbres de hojalata. Después, las casetas tienen bloques de hormigón o paredes con estiércol de elefante.

Volvemos a parar en la tienda del padre de Nico para hacer una visita y conocer por medio de Ieltxu y uno de los trabajadores del lugar más costumbres autóctonas.
Aquí es tradición que un amigo se encargue de negociar una dote y el señor que hace muy buenas migas con Ieltxu le dice que se quede que él se encarga de buscarle una buena mujer y se encarga de negociarlo todo para que salga ganando unas cuantas gallinas y unas pocas vacas.

También llama mucho la atención toda la gente que hay por la carretera a muchos kilómetros del pueblo más cercano. De dónde vienen? Dónde van? Sea donde sea van a emplear muchas horas para llegar a su destino.
A las 11,30 hacemos una parada en Nanyuki. Nanyuki es un pueblo en el que podemos visitar un supermercado igual que los de cualquier ciudad de nuestro país, cambiar dinero o entrar en una cafetería. Pero por detrás del edificio en el que está todo esto, podemos ver la verdadera ciudad , tan típica como la que más, con sus casas de bloques solo pintada la parte frontal más visible, talleres para coches y motos, coloridas fruterías medio abastecidas y tiendas salidas de principios del siglo pasado.
Después, el paisaje se hace más verde y podemos comprobar que también hay gente rica en este país. Parece ser que los británicos se han apropiado por un largo periodo de tiempo de las mejores tierras de este país.

A las 13,30 llegamos al hotel The Mountain Lodge situado a 2.195 metros de altitud en el interior de un húmedo bosque. Hasta a nuestro incombustible jeep le ha costado subir hasta aquí arriba.
Está construido de madera en un estilo que nunca había visto. Parece una especie de fuerte protegido por alambradas y oculto por el bosque. Esta construido estratégicamente al lado de una charca.

Encontrar las habitaciones 229,230 y 231 fue todo un show ya que nuestro ocasional, aunque tradicional despiste, hizo su aparición e hicimos unas risas hasta que localizamos el pasillo adecuado después de haber corrido literalmente por todas las plantas del hotel, incluida la lavandería y el trastero.
A Pedro le da un ataque de risa tal que junto con la carrera de arriba abajo y de abajo arriba acaba tan agotado que dice no encontrarse en condiciones de ir a dar el paseo por el bosque.

Todas la habitaciones del hotel tienen un balcón con vistas a la charca donde van a beber los animales del bosque. Elefantes, búfalos, antílopes, cerdos salvajes, leopardos, hienas y muchos más se acercan a beber para deleite de todos los visitantes.

El monte Kenia es la montaña más alta de Kenia, y la segunda más alta de África (tras el Kilimanjaro). Los picos más altos de la montaña son: Batian (5.199 m), Nelion (5.188 m) y Punta Lenana (4.985 m). El monte Kenia está en el centro del país, justo al sur del ecuador, alrededor de 150 km al norte-noreste de la capital Nairobi. El monte Kenia dio su nombre a la República de Kenia.
El monte Kenia es un volcán creado aproximadamente hace 3 millones de años después de la apertura del rift del este de África. Está inactivo, aislado, y no forma parte de ninguna cadena montañosa o cordillera. Su última erupción fue entre unos 2,6 y 3,1 millones de años.

Nada más comer nos apuntamos a una pequeña excursión que resultó ser una clase de naturaleza con un profesor y escoltados por una mujer guardabosques armada con un Kalasnikov por si algún bicho se ponía impertinente. El viaje incluye botas e impermeable bastante apestoso usado antes que nosotros por vete a saber cuántos guiris piojosos...

Cuando llegamos a lo profundo del bosque nos encontramos con unas mesas árbol preparadas con tazas de te y pastas encima y un camarero igualito a Kuba Goldin Junior que nos sirve el té con chispazo del coñac para el que quiera (por supuesto algún, es decir, un, miembro de la expedición no puede negarse)

A las 18,30 estamos de regreso después de asistir a clase y tomar un te en el interior del bosque.
Partida de mus donde se demostró la suerte de Luismi y el buen hacer de Pedro dejando sin defensas a Ieltxu y Alejandro que no ganaron ni un juego.
Después de cenar subimos a la terraza a una charla a la que solo asistimos a la primera parte que versaba sobre la nación, bandera y monte Kenia y Kilimanjaro.
Cuando bajamos a la habitación teníamos(por primera vez en nuestra turística historia) una bolsa de agua caliente entre las sábanas. ¿La habría puesto una abuela kikuyu?
El servicio del hotel incluye avisarte cuando acudan los animales que tu hayas elegido, a beber a la charca.

Quinto día. 21 de agosto de 2011-domingo

A las siete de la mañana y después de una noche llena de sonidos de pájaros y otros bichos, nos levantamos, una duchita de agua caliente y al desayuno. Niko e Itxi ya nos estaban esperando con una copa de champán.
Hacia las 8,30 salimos con dirección a Naibasa. El paisaje sigue siendo verde como si estuviésemos en el norte de España. Cruzamos la provincia de Aberdares, verde como Cantabria, acacias de corteza amarilla. Solio Ranch queda a la derecha, un latifundio ingles enorme (17.500 hectareas) dedicado a la conservación del rinoceronte.
Como es domingo y este país es en su mayoría católico la gente acude a misa vestidos impecablemente con ropa de fiesta. Vemos muchos niños y niñas solos y acompañados de mayores a lo largo de la carretera. Andan largas distancia para ir a misa o a la escuela. Son muy simpáticos y saludan constantemente yambo, yambo.
A las 9,45 cruzamos Kiawara un poblado famoso por las cebollas. Los pueblos, un poco menos pobres que los de samburu pero pobres a juzgar por las viviendas. La técnica de construcción, evidentemente, no es lo que más importa en este país y a pesar de que el paisaje es mucho más rico en pastos y bosques, o los dueños son los ingleses y algún keniata rico o no saben construir.
Pasamos por Nairutia sobre las 10,15 y quince minutos después por Gorano.

Los inquilinos del coche se dedican a comer zanahorias mientras pasamos por Ndaragwa y llegamos a Nyharurucuna de atletas sobre las 11,30. Aquí probamos el llamado efecto Coriolis, ya que estamos en el mismísimo ecuador.
A las 12 llegamos a las cataratas Thompson

Kasuku nos sigue pareciendo el norte de nuestro lejano hogar con sus vacas, eucaliptos y plantaciones de maíz.
Olkalau atravesamos a las 12,40 una zona por la que solo circulan Matatus, unas furgonetas taxi atestadas de gente y nuestro Toyota LandCruiser. A la derecha nos acompaña una vía de tren por la que un tren a la semana recoge la leche de la zona.

A las 12 estamos en Karunga

Ya hemos dejado Aberdare y cruzamos el valle del rift (no el de Marruecos) por una carretera bastante precaria.
Después de pasar el pueblo de Gilgil donde se nota mucho la presencia inglesa salimos a la carretera general. Al poco el paisaje ya no es tan verde y los arboles son más bajos, quizás como el norte de Burgos pero con cactus. Vemos algunas cebras y papiones.

A las 14 horas ya estamos en Naibasa.

Nos alojamos en el Lake Naibasa country club. Un hotel poblado por chinos que nos han jamado la comida por llegar tarde. Más que chinos parecían termitas
Por la tarde excursión por el lago Naibasa acompañados más que guiados por un tío muy serio. Menos mal que Nico nos explicaba cualquier cosa que hiciera falta.

Nos dan una especie de chalecos salvavidas tamaño XXXS o algo así, con los que especialmente Ieltxu lleva la pinta más ridícula del viaje provocando un ataque de risa generalizado en el grupo.

Resulta que según vamos a montar en la embarcación el tío dice que somos muchos y que tenemos que pagar más, menudo jeta! Si en su barca caben por lo menos 10 personas!! Nico parlamenta y le dice que entonces tendrá que poner 2 barcas y buscar a otro barquero por el mismo precio. Por arte de magia… asunto arreglado.
Nos damos un precioso paseo entre cebras (diferentes a las de Samburu), jirafas (siempre listas para posar), gacelas, antílopes, ñus….

A las siete de vuelta al hotel y a las siete y media quedamos para cenar. Esta vez los chinos no nos jaman  la tostada.

Sexto día. 22 de agosto de 2011-lunes

Diana a las ocho para salir a las nueve hacia Masai Mara
A las 9,45 dejamos a la derecha el volcán Longonot .
Rebaños de cabras, ovejas y vacas y los pueblos de casas que parecen sin terminar hechas de bloques de adobe.
A las 10 MaaiMahiu, luego Suswa y los montes Ngongngong. A las 10,50 cruzamos un pueblo llamado DukaMoja(una tienda) llamado así porque solo había una tienda.
Ahora el terreno es más verde con cultivos de maíz y trigo y ganado, siempre rebaños de ganado.
A las 11 cruzamos Nairikiankare camino hacia Narok. Una cosechadora, la única que hemos visto en todo el viaje parece esperar a que la den trabajo lo mismo que la gente que yace tumbada a lo largo de la carretera.
Hacia las 11 Ntulele un pobre poblado más con gente en sus puestos vendiendo patatas.
Narok (descripción) es un pueblo grande.
Entramos en un curio shop y luego desde el vehículo compramos unas mazas cortas masai llamadas Rungo. Las mazas más largas se llaman Mkwanju.
A las 13, 15 llegamos al restaurante Shield, un sitio de lo más popular donde aunque parezca increíble, nos hicieron fotos con el camarero porque somos los primeros blancos en ir por allí.
Nada más entrar Itzi tiene que ir a elegir la pata de cabra que nos vamos a comer porque el restaurante es también carnicería. A pesar de lo viejo y sucio del local los operarios van con impecable bata blanca y nos ofrecen un cuenco de agua y jabón para lavarnos las manos antes de comer.
Dos horas más tarde y después de comer un plato popular de kenya, Myama y choma que consiste en cabra asada y una especie de pan sin sal hecho de maíz nos encaminamos al
 hotel Mara Eden Safari Camp.
A las 15,30 pasamos por Ololunga por una carretera fatal por un paisaje de praderas y maizales salpicados por charcos de la lluvia.
Despues llega Lemek y Aitong ya en Masai Mara. Son las cinco de la tarde.
A las seis, en pleno Masai mara, avistamos la primera manada de ñus. Esto es solo el aperitivo de lo que nos espera.
Entonces haciendo uso de un valor sin límites Ieltxu se baja del vehículo y se atreve nada menos que a hacer la más vital de sus necesidades: CAGAR. Y así entre aplausos y vítores Ieltxu llena de papeles la sabana en presencia de cientos de ñus, testigos mudos y pacientes de tan ignominiosa agresión. Son las seis de la tarde.
Vemos Topis, impalas, jirafas con pajaritos oxpeca encima del lomo en un entorno de acacias silbadoras y pradera inmensa. Estamos en la sabana. Hace fresquito y ya oscurece cuando unas gacelas de Thompson vigilas nuestros movimientos.


Gracias una vez más a la increíble habilidad de Nico para orientarse en estos caminos de dios a oscuras, entre barro, agua y pasos cerrados a causa de alguna tormenta a las 19,30 llegamos al hotel Mara eden Safari camp que es lodge diferente y recién estrenado. Son tiendas de campaña perfectamente acondicionadas que no tienen envidia a ningún hotel de cinco estrellas.
Janine, la encantadora anfitriona del hotel, nos da una agradable bienvenida y nos explica unas precauciones básicas para deambular por el recinto. Al caer la noche siempre salir acompañados por un masai protector…
Son las ocho ya cuando estamos cenando y en la mitad de la cena Janine con cara de excitación/susto a buscar a Itzi, hablan algo y vuelven las dos a buscar a nuestros medico particular... que se levanta a ver qué pasa… oímos rugidos de un león justo detrás de la tienda comedor y lo que pasa por nuestras cabezas a partir de aquí hay es lo siguiente:

Versión de Marivi, Itzi y Pedro: Un león se ha comido a alguien del campamento y Pedro tiene que ir a ejercer de médico.

Versión de Ieltxu y Alejandro: Más flemáticos y cabales… Hay un león cazando cerca y vamos a buscarlo para ver el espectáculo.

Versión de Maxi y Luismi: Como no se enteran de la mitad por no saber inglés, solo siguen al resto sin saber muy bien por qué.

Nico no dice nada

Cuando nos vamos contando lo que habíamos pensado cada uno entra un ataque de risa generalizado en el grupo mientras nos dirigimos al coche en plena noche y con la comida enfriándose en la mesa. AHORA RESULTA QUE HAY QUE IR EN COCHE!!!! Y ahí es cuando nos entra algo de cordura… Como vamos a ver a una manada de leones andando???? Nos protegemos con los cuchillos de la cena si les da por atacarnos o qué??? Anda que vaya ideas!!!

Después de media hora de dar vueltas no encontramos nada y volvemos entre risas al campamento diciendo: ahora veras, los leones han entrado se han comido a los cocineros…

Esta historia la compartiríamos con Janine la noche siguiente y también le daría un ataque de risa al saber que nos pasaba de camino al jeep.

Acompañados por personal masai del hotel volvemos a nuestra tienda y a dormir.
En medio de la noche, la una y cuarto de la noche oímos ruidos y nos levantamos a tiempo de ver un enorme hipopótamo.


Séptimo día. 23 de agosto de 2011-martes

Nos levantamos a las seis y vamos derechos al coche para adentrarnos de lleno en pleno Masai Mara. Alejandro e Ieltxu como de costumbre, más madrugadores que el resto se dedican a pasear acompañados del escolta que les lleva a ver babuinos hipopótamos… Alguna ventaja tiene que tener dormir poco!!

 Pasamos por Talek un poblado con el nombre del río que pasa por nuestro hotel.
El río Talek es un afluente del Mara cuyo curso forma la frontera norte de la reserva.
A las 7,15 entramos en la reserva por talek. El precio de la entrada 80 dólares por persona y día.
El plato fuerte del día lo vemos enseguida: una familia de leones comiendo un ñu que acababan de cazar.

Lo más impactante que hemos visto de momento. Dos leones jóvenes tiran de la cabeza y la columna vertebral de la presa mientras otro observa a unos metros…
Mientras grabamos la escena “en silencio” (algunos son incapaces de callar ni un segundo hablando de los genitales de los leones y de la pena que les dan porque tienen muchas moscas… ) vemos entre la maleza al auténtico rey de la sabana. Visto el tamaño de un león de verdad que nada tiene que ver con los del circo o el zoo es fácil comprender el porqué del nombre.

Mientras reposa plácidamente las crías y la hembra le molestan, despierta y se pone a rugir dejándonos a todos entre impresionados y por qué no decirlo… cagados de miedo dentro del jeep.

Este narrador hierve en deseos de salir de allí mientras Nico dice: pues podíamos desayunar aquí.

Se ha vuelto loco o qué????

Finalmente encontramos un descampado más seguro y con menos leones y son las 9,30 cuando bajamos del coche para desayunar. Es un terreno abierto que Nico elige por si algún vecino del parque se le ocurre venir a compartir el desayuno. Así le podríamos ver y subir al coche inmediatamente.
Pasamos la mañana viendo todo tipo de animales residentes en Masai Mara para después visitar el centro de salud de talek. El médico que se llama Juma nos recibe y enseña las instalaciones. El centro de salud de Talek no tiene nada que ver con cualquier centro de salud que nosotros hayamos podido ver antes. Su actividad se centra principalmente en vacunaciones. Pueden también extraer piezas dentales y tienen una camilla para partos de segunda mano que les acababan de regalar. Disponen también de una motocicleta para hacer visitas a domicilio y una pequeña farmacia en un armario. La ayuda la reciben principalmente de Canadá ya que el gobierno de Kenya pasa olímpicamente de ellos.
Mientras tanto Marivi disfruta dibujando con unos niños del poblado que la ofrecían sus bolígrafos, Ieltxu saca fotos desde el techo del coche y Alejandro confraterniza con los infantes de Talek regalándoles bolis y libretas que los más avispados dejan en su casa para venir a por más. Especialmente uno al que apodamos botijillo y que rápidamente se perfila como el líder. En cuanto el resto nos oyen llamarle botijillo se ponen a gritar y a señalare muertos de risa: BOTIJILLO!! BOTIJILLO!!! Pobrecito, ahora ya tiene mote de por vida jajaja

Después regresamos al hotel donde nos tienen preparada la mesa al aire libre.

Con razón el nombre elegido para este campamento es Mara Eden camp!!! Creo que pocos sitios más cercanos al paraíso pueden encontrarse.

Por la tarde nueva visita a Masai Mara. Los rinocerontes no se dejan ver pero podemos ver un guepardo y una pareja de leones enamorados.

Empieza a caer una espectacular tormenta mientras el sol se pone en el horizonte y miles de ñus lo observan inmóviles a nuestro paso. Más imágenes del NationalGeographic delante de nuestros ojos. Sobrecogedor.

Regreso al hotel donde Janine nos espera con su gente armada con paraguas. Está lloviendo y unos hipopótamos rondan por el hotel así que cenaremos dentro.

Ieltxu que ha hecho muy buenas migas con nuestra anfitriona se dedica a solucionar algunos problemillas con el portátil de esta y a maldecir al hindú con el que está casada.

Octavo día. 24 de agosto de 2011-miercoles

Nos levantamos a las siete y desayunamos a la siete y media. Esta gente es amable y siempre esta sonriente. Pero no es esa falsa sonrisa de aquellos que quieren agradar a sus clientes. Es la misma sonrisa que tienen los niños y la gente del pueblo cuando te saludan cuando pasas en el landcruiser.
Antes de entrar de nuevo en Masaimara nuestro guía nos lleva a conocer un poblado masai
Después de un pequeño pero interesante “walking safari” durante el que Dan nos ilustra sobre plantas medicinales, fauna local y demás costumbres de su pueblo nos lleva a su poblado.

Dan, al igual que todos los de su tribu es un hombre orgulloso de ser masai y no parece necesitar nada de lo que le podamos aportar los turistas. Da la sensación de que ven el mundo sin formar parte de él.

Los masái viven en asentamientos llamados manyattas, círculos de chozas hechas de ramitas y rodeadas por empalizadas espinosas llamadas “boma” para encerrar el ganado. Las chozas se construyen con unos ladrillos preparados a base de excrementos de animales, paja y barro a fin de impermeabilizarlos y endurecerlos. Las paredes interiores son alisadas y posteriormente ahumadas. Suelen contar con diminutos tragaluces, pero no ventanas. Después un grupo de mujeres y otro de hombres nos reciben y danzan para nosotros. Nos invitan a saltar con ellos y así lo hacemos.
Encienden fuego de una forma primitiva frotando dos maderas. Si se trata de supervivencia seguro que están mejor preparados que nosotros.
El guía nos enseña orgulloso su casa. Estaba llena de humo por una hoguera que ardía en el interior sin chimenea ni ventanas. A ellos no parece importarles.
Luego nos enseñan su artesanía de la que sacan algún dinero aunque da la impresión de que no saben muy bien para que usarlo ya que los precios de lo que venden no tienen mucho sentido en algunas ocasiones.

Entramos al parque de Masai Mara propiamente dicho. Masai Mara es una reserva natural nacional situada al sudoeste de Kenia en la región del Serengueti, y es en realidad una continuación del parque nacional del Serengueti. Se llama así porque la tribu masái, habita dicha zona, y por el río Mara que lo cruza. Su fauna es excepcional.

El Masai Mara es famoso por su población de leones de los cuales tuvimos un buen aperitivo cuando Nico nos colocó justo al lado de una familia. También es famoso por ser el hogar de especies amenazadas como el rinoceronte negro del que no pudimos ver ningún ejemplar, el hipopótamo que se encuentra en los ríos Mara y Talek, y el guepardo, habiéndose reducido notablemente el número de ejemplares de este último.  Otro carnívoro que vimos frecuentemente es la hiena manchada. Sin embargo, el verdadero poblador de este parque es el ñu, como ocurre en el Serengueti, ya que su número es estimado en millones. Todos los años, en el mes de julio, estos animales, igual que las cebras, migran desde las planicies del Serengueti en busca de pastos más frescos y regresan en octubre. Especies de ungulados viven en este parque como la gacela de Thomson y la gacela de Grant o el impala, y se encuentran igualmente manadas de jirafas.
El Masai Mara es también el hogar de más de 450 especies de aves.


A la vuelta pasamos por Talek y entramos en la tienda del pueblo a comprar unas mantas.
Es un pueblo muy grande cuyas viviendas más parecidas a chabolas que a lo que nosotros entendemos por casas se amontonas por doquier con más o menos orden.
Entramos en la tienda que en realidad es un bazar donde se vende de todo como en una tienda que había en el pueblo donde nació mi madre y que al que yo iba allá por los años sesenta.
Regresamos al hotel a tiempo de preparar unas tortillas de patata auténticas que habíamos prometido a Janine.
La cena al aire libre con danza masai a la luz de las velas durante la que Ieltxu, como buen vasco que es tiene que saltar más alto que ellos aunque se rompa la espalda en el intento. A partir de ahora Alejandro tendrá que ayudarle a calzarse durante 4 o 5 dias.

Una hoguera al lado nos protege de los mosquitos.

Después tertulia en ingles con Janine; los que saben inglés, claro.
A las diez a la cama que mañana nos levantamos a las cinco y media.


25 de agosto de 2011-jueves

Desayuno a las seis, emotiva despedida de los Masais y Janine para después dirigirnos al aeropuerto de Nairobi para coger el vuelo a Malindi.
Son las 9,30 ya cuando salimos del hotel por la carretera rural hacia Naruk.
Ololunga
A las 9,55 pasamos por Narok y alas 10,30 por Ntalele.
Volvemos a ver las acacias paragüas y los campos de trigo. Todos viajamos más callados que a la ida. ¿Cansancio? ¿Se acaban las vacaciones?
10,45 en Suswa. Se suceden los rebaños por los prados.
11,5 . En MaaiMahin llegamos al cruce que nos desvía hacia Nairobi. Faltan 42 Km.
A las 11,25 paramos en un mirador desde el que se ve el valle del Rift
A las 12,30 estamos en Nairobi.
Se puede hacer uno idea del estado de las carreteras sabiendo que hemos recorrido unos 260 Km. desde el hotel hasta Nairobi y hemos tardado cinco hora y media.
Nos despedimos temporalmente de Itzi y Nico y cogemos el avión que nos llevara hasta Malindi con escala en Lamu.
El avión es un Dash 8 100 Series de 37 pasajeros de hélices que mete un ruido parecido a los aviones de la segunda guerra mundial. El aire acondicionado no funciona y la única azafata se enfada muchísimo con un operario del aeropuerto por algún problema con la puerta. Volará este cacharro?
Despega con un poco de retraso pero finalmente despega cuando son las cuatro menos cinco y a las 5 aterrizamos en Lamu.
A las 17,45 el avión aterriza en Malindi. A las 18,30 en la Habitacion nº 42 del hotel Malindi Beach Club.


26 de agosto de 2011-viernes

El hotel es como una agradable fortaleza de estilo árabe amueblada como si todo fuera antiguo y viejo. Excepto la recepcionista que siguiendo la frase tradicional Hakunamatata nos recibió de forma, digamos, poco ágil, el resto del personal se ha comportado de forma muy agradable y profesional.

Una vez más, Alejandro e Ieltxu tienen que dar la nota haciendo a la pobre recepcionista trabajar más de lo que parece ser habitual cambiándoles a una habitación con 2 camas, labor que le llevó unos 45 minutos. HakunaMatata…

Lo compensarán aprovechándose de la pulsera del todo incluido de la que hacen gala constante y tomándose un cubata en la playa 5 minutos después de ver la habitación. Parece que son los únicos que saben ser ricos…

La playa es muy bonita con una arena finísima, casi harina, y podemos ver la barrera de coral a simple vista que sirve de rompeolas. Sin embargo (a excepción de los dos millonetis antes mencionados) no estamos acostumbrados a ser ricos y por lo tanto el enjambre de autóctonos que, a modo de guardaespaldas, nos seguían a todas partes enseñándonos el camino a los corales, mostrándonos los pequeños habitantes de la playa como estrellas de mar, erizos, morenas, langostas y diferentes tipos de caracolas no nos era grato de soportar. También vendían excursiones de que soltaran algunos chelines para aliviarlas.


27 de agosto de 2011-sábado

Después del desayuno, siempre abundante del hotel, decidimos salir de nuestro bunker privado para visitar Malindi.

En los días anteriores tuvimos ocasión de comprobar la falta de recursos de la población de este país. El tipo de vivienda, casi siempre chabolas, con tejado de paja u hojalata y paredes de adobe o palos recubiertos de estiércol nos mostró claramente la pobreza de los habitantes de Kenya.
Sin embargo la visita a Malindi nos mostró hasta qué punto una gran ciudad  puede ser extremadamente pobre en su totalidad.
Nuestro hábil guía, un hombre llamado Salim nos condujo por todos los rincones de Malindi. Desde el mercado para turistas que abandonamos pronto ya que lo que queremos ver es la vida real de la gente, pasando por el mercado local, el centro (llamémoslo así) de reciclado hasta la playa donde desembarcó el portugués Vasco de Gama en cuyo honor y recuerdo se levanta un monumento.
La plaza de abastos rebosa de gente vendiendo patatas y otros productos locales como frutas de todas clases: carbón vegetal, fruta de la pasión, mango, papaya, piña, plátano, sandía, melón e incluso piedras que las madres gestantes mordisquean para suministrar calcio al feto.
La suciedad está por todas partes y las calles sin asfaltar muestran las cañerías de agua al aire libre a la entrada de las casas. Decenas de tuc-tuc  (isocarros en España) circulan por la calle. Hay bicitaxis y mototaxis.
Católicos y musulmanes conviven pacíficamente junto con hindúes y animistas. La ciudad es un popurrí de colores y olores no siempre agradables.
Salim nos enseña el árbol de la quina muy usada contra la malaria.

Volvemos al hotel donde encontramos a Alejandro rebozándose en la piscina como si fuera un cocodrilo. Suerte que no ha venido porque no le habría gustado nada andar entre tanta basura y pobreza.

Pasamos la tarde bañándonos en la piscina, jugando al mus y charlando sobre las probabilidades de quedarse calvo según la herencia genética que tengas… Me parece que nosotros lo llevamos claro (y calvo).

Mientras estamos de charla vemos que Robert, uno de los amables camareros del hotel casi no puede andar porque se ha clavado algo en una de sus caminatas nocturnas de 2 horas para regresar a casa. Tiene una herida infectada que curamos y después de un rato le convencemos para que acepte algún dinero que le permita volver en taxi.

Parece que el hombre está ahorrando para una bici desde hace 3 meses. Su sueldo ganado en una jornada de 16 horas no parece dar mucho de sí…Así es como vive aquí la gente. No comments.


Después de desayunar nos despedimos de Robert después de hacerle una última cura de su herida y más tarde y que Alejandro ponga un poco verdes a los dueños del hotel en el cuestionario llamándoles ratas y ladrones salimos hacia el aeropuerto de Malindi donde tras ganar una partida de mus a los novatos Ieltxu y Alejandro tomamos el avión hacia Nairobi donde aterrizamos una hora después. Son las 14,45 cuando el avión toma tierra en Nairobi y nos reunimos con Niko e Itzi que nos están esperando.
Después de dar una vuelta por la ciudad aparcamos junto a un aeródromo desde donde parten avionetas hacia Masai Mara. Marivi y Pedro intentan una vez más regatear algún regalo y vuelven al coche con alguna cosilla.
Hacemos tiempo recorriendo la capital de Kenya donde visitamos un centro de recuperación de jirafas donde una jirafa comía de tu mano hierba comprimida en una especie de gránulos.
Tomamos un batido en una cafetería y después nos dirigimos al aeropuerto para coger el avión que con una hora de retraso despega hacia Bruselas.
Otra partida de mus nos hace más llevadera la espera. Esta vez Ieltxu y Alejandro se hacen con la victoria. Por fin embarcamos. Son las 12,30 hora local; una hora menos en destino cuando el avión despega.
A las 8,30 ya estamos en la A-57 para embarcar con destino a Bilbao.




Nota final de Ieltxu (ayudante redactor de este diario)

Kenia nos ha dejado una honda impresión a todos. Un país de contrastes brutales, naturaleza en estado puro digna de ver por cualquier amante de los animales.

Nos ha resultado gratificante volver a viajar juntos después de un año en blanco y especialmente agradable viajar con Itzi, que ha hecho el viaje más ameno aun de lo habitual. Esperemos que la agencia le vaya de lujo y pueda hacerse una casa en el lago Nakuru como es su deseo para que nosotros podamos volver a Kenia con un apoyo logístico en el terreno.

A ver qué tal se tercia el año y que nos depara el próximo porque después de un viaje así ya nos va a resultar difícil viajar en un bus lleno de turistas insoportables.

Puede que esto sea el principio (que la sección vasca ya había catado en Bali) de una nueva dimensión de viajes más a nuestro aire.

Canadá? Argentina? Nepal? China? Hacia donde tiraremos el año que viene? El tiempo lo dirá pero todos esperamos no quedarnos en casa el verano próximo.


KWAHERI!!








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